tráqueacomedia

Me habían hablado de amores que matan y de amores que esclavizan. Y yo, la verdad, prefiero la muerte a la esclavitud. Así que hice con sus cartas un avión de papel que lancé por la ventana. Al atravesar el espacio del radiador la corriente de aire caliente lo elevó para salir despedido al vacío de la metrópolis. ¡Qué bonito es ver la ciudad desde un noveno piso! Parece que la nimiedad se hace evidente, toma toda la ciudad ese cariz de película, de fantasía, de fantasmagoría, de fábula, de ilusión. Las cosas se ven mejor con perspectiva, objetivando. La ciudad se contempla mejor desde la cima de una montaña, porque no se ven personas, porque mirar Madrid desde lo lejos es ver cuatro rascacielos atravesando una nube de polvo y suciedad. Salir a las afueras es psicoanalizar una ciudad, es mirar en sus entrañas.

Las letras revestidas de cuentos de amor surcaron los barrios más pijos y más humildes de la ciudad. La lluvia de Noviembre emborronó las letras, el frío de Diciembre congeló la lluvia de sus alas y en añonuevo cayó en picado en plena Puerta del Sol causando una desgracia.

Tres páginas en periódicos nacionales. «Extraño suceso durante la campanada de año nuevo». ¿Qué tiene de malo morir con una carta de amor clavada en la garganta?.

Hay amores que matan.